MULTICULTURALIDAD E INTERCULTURALIDAD

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2 ¿Qué es “multiculturalismo” e “interculturalidad”?

La diversidad cultural es un tema de actualidad mediante el cual se reconoce la imposibilidad de homogeneizar un mundo en el que abunda la diversidad. El contexto de la globalización ha favorecido las interrelaciones entre culturas, no obstante, frente a este fenómeno existen los límites y retos de hablar de una individualidad frente a una sociedad pluralista. Este reconocimiento a la diversidad surge frente al problema de la opresión de las culturas menores por aquellas que imperan dentro de un sistema capitalista. Una sociedad multicultural como la nuestra se caracteriza debido a que sus integrantes pertenecen a diferentes culturas, ya sea como consecuencia de procesos históricos, como la colonización, o de movimientos migratorios.

El multiculturalismo es un término que se emplea para hacer referencia a la diversidad cultural, lo que implica tolerancia y respeto a diversas prácticas culturales (lingüística, artística, religiosa, ideológica, etcétera), así como a los grupos que conforman un territorio. Además, con ello se promueven políticas que reconozcan la igualdad étnica. Así pues, el multiculturalismo parece ser una solución que puede brindar, por una parte, una mayor apertura a la diversidad cultural al reconocer la existencia de diferentes culturas, y por otra, ser la solución a muchos de los problemas que se derivan de la convivencia entre esas culturas.

La interculturalidad parte del reconocimiento de la discrepancia bajo los principios de igualdad y diferencia, creando puentes de comunicación entre culturas. El principio de igualdad se ve reflejado al considerar las diferentes culturas al mismo nivel; el principio de la diferencia reconoce la existencia de diferentes culturas. Pero podemos encontrar un lado negativo del multiculturalismo cuando se emplea para justificar rechazo, o lo que podemos llamar discriminación positiva, cuando se establecen políticas que no solucionan el problema; un ejemplo de ello es la posibilidad de acceder a los servicios públicos a causa del sector al que pertenecemos, sea de altos o bajos recursos, así pues, no se soluciona el supuesto problema, sólo crea un mayor rechazo cuando se rebasan los límites de las disposiciones. ¿Cómo podemos definir entonces cuáles son los límites de la tolerancia frente a las prácticas culturales que nos son ajenas?

 Una de las propuestas que han surgido ante este problema es plantear principios universales que deben respetar todas las culturas, sin importar sus creencias, así como los lineamientos para una ética de la cultura y los límites de lo que es aceptable respetar. Luis Villoro, filósofo mexicano, al proponer la creación de una ética de la cultura, resalta la importancia de señalar tanto los deberes y los derechos de los individuos que pertenecen a una cultura, como los del grupo cultural frente a otros grupos.

En este sentido, el multiculturalismo trae consigo retos políticos y morales que generan distintas posturas en relación con la diversidad cultural. Las políticas públicas se reducen a los aspectos culturales y no consideran otros factores que afectan a la sociedad. Lo que se hace desde el multiculturalismo y la interculturalidad es entender las relaciones entre personas, sociedades o culturas, no como entes estáticos, sino desde un dinamismo que cambia, se mueve e interactúa.

2.1 ¿Cuál es la relación entre “identidad” y “cultura”?

Un elemento esencial en la vida del hombre es la “identidad”, a través de ella define y determina no sólo su comportamiento, sino su esencia y su existencia, puesto que al hacerse consciente de lo que es, de sus sentimientos, a lo que aspira, entre otras cosas, es capaz de encaminar el sentido de su vida. Este aspecto puede ser comprendido desde el ámbito individual y colectivo, de tal manera que no se puede entender a la persona sin considerar su entorno; en este caso, nos referimos a la cultura.
Los conceptos de identidad y cultura están estrechamente relacionados; por un lado, la identidad –según la Real Academia Española− es el conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracteriza frente a los demás, además, ésta debe comprenderse como un fenómeno que se construye en interacción con otros, por lo tanto, es un proceso biológico, psicológico y social. Por otro lado, la cultura se entiende como el conjunto de valores materiales y espirituales que determinan a la sociedad y son creados por la humanidad. Sobre esta interacción, Erik Erickson nos dice que la identidad es “un sentirse vivo y activo, ser uno mismo, la tensión activa y confiada y vigorizante de sostener lo que es propio, es una afirmación que manifiesta una unidad de identidad personal y cultural”. Entonces, nos remite que la identidad y la cultura se interrelacionan en procesos más complejos y dinámicos, en los que al estar determinados por un mundo globalizado no pueden plantearse como conceptos estáticos, por el contrario, deben comprenderse desde todos los factores que influyen en ella, en este caso, desde la interculturalidad, los medios de comunicación, las redes sociales, el cambio de las estructuras sociales y las nuevas situaciones que se desglosan de la globalización.
El cuestionamiento ético frente a esta realidad nos lleva a discutir sobre los mecanismos y los sistemas a los que las sociedades se someten dentro de un pluralismo, perdiendo aspectos de su individualidad o el dominio por la cultura predominante que afecta a las de menores posibilidades −sea en el ámbito económico o político-. Finalmente, la identidad y la cultura se determinan por movimientos que relativizan la moral y materializan la esencia del individuo y, por ende, su cultura; por eso, una de las tareas que competen a la sociedad es buscar resguardar el entorno del hombre que define su identidad desde una verdad universal que vele por el bienestar de él, es decir, desde la ética.
 
2.2 ¿Para qué hablar sobre la migración desde el multiculturalismo?

 Un aspecto para considerar dentro de la globalización con relación a la multiculturalidad es el tema de la migración. Pese a que se piensa que la economía, el mercado y la política son factores determinantes ante este fenómeno mundialista, una nueva categoría de cuestiones, fundamentalmente humanas, ha cobrado una nueva dimensión, siendo los movimientos de personas, debido a su magnitud y su repercusión. Son los países emisores de inmigrantes como países receptores los que repercuten en las sociedades globalizadas. Esta situación influye fuertemente en las ciudades, creando nuevas texturas en su convivencia y en la manera de percibir la vida.
Cabe recordar que las sociedades multiculturales no están determinadas por un proceso estático, por el contrario, el constante movimiento, la convivencia y sus relaciones, por mencionar algunos elementos, generan que la cultura y la definición del hombre esté en un cambio dinámico y, por ende, puede generar el conflicto de la coexistencia de costumbres, hábitos, valores, etcétera, que se dan dentro de la migración. Si bien la migración sea por consecuencia económica o por la búsqueda una mejor calidad de vida, ésta tiene repercusiones en la sociedad.
Uno de los peligros que presenta el fenómeno migratorio dentro de la interculturalidad es la creación de nichos o zonas segregadas, generando discriminación o desigualdad social. Así pues, la migración puede tener las ventajas de una productividad o la conformación de una sociedad multiculturalista, no obstante, la migración debe estar basada en la aceptación de la persona, de su contexto y en relación con los principios éticos universales, para así hablar de una trascendencia humanista y no personalista.

2.3 ¿Por qué hablar sobre “Patrimonio cultural de la Humanidad” en una sociedad globalizada?

Reconocernos como miembros de un grupo social conlleva, por un lado, la reafirmación de la identidad personal y, por otro, propicia la participación de los individuos en la configuración de un sentido de colectividad manifiesto en las prácticas que permiten la construcción de valores, o bien, en modos de ser y existir de los miembros de manera tanto individual como colectiva. Al ser transmitida de una generación a otra, la identidad colectiva se cultiva a través del tiempo, lo que implica una memoria histórica, un reconocer el pasado, así como el patrimonio cultural material e inmaterial en las costumbres, valores, creencias, tradiciones orales, lengua, etcétera.
Si, como ha declarado la UNESCO, “el patrimonio cultural es el reconocimiento de los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas que se salvaguardan al ser transmitidos de generación en generación y que infunden a las comunidades y a los grupos un sentimiento de identidad y continuidad, contribuyendo así a promover el respeto a la diversidad cultural y la creatividad humana”, entonces te resultará evidente que no sólo eres heredero, sino parte de ese patrimonio. Toda vez que reconocemos al otro como integrante de nosotros mismos, somos ya partícipes del patrimonio cultural, hacemos cultura, mundo e historia.
En ese sentido, el patrimonio cultural no se refiere exclusivamente a monumentos, además comprende tradiciones que son expresiones vivas que a su vez se heredan con el objetivo de transmitir conocimientos y experiencias sobre la realidad.

El Patrimonio cultural se subdivide en cuatro niveles:

Patrimonio familiar: Se constituye por tradiciones, apellidos y sus rasgos propios que permiten distinguir a una familia de otra.

Patrimonio nacional: Es propiamente la riqueza del país que da identidad a la nación.

Patrimonio local: Son los monumentos, sitios arqueológicos, tradiciones de la comunidad y que le dan sentido de pertenencia a sus habitantes.

Patrimonio mundial: Se puede entender, de acuerdo con la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial Natural y Cultural, aprobada por la UNESCO, como los sitios del Patrimonio natural y cultural de “valor universal y excepcional”.

El Patrimonio cultural de una nación permite mantener la diversidad cultural ante los avances de la globalización, pues se da un diálogo entre culturas, reconociendo la diversidad en un ambiente de respeto hacia otros modos de vida. Además, estos se clasifican de la siguiente manera.

Patrimonio cultural inmaterial

Patrimonio cultural tangible

Se basa en la comunidad que, al permitir la cohesión social, da un sentimiento de identidad, pertenencia y responsabilidad, ya que los individuos se sienten reconocidos como miembros de ella y de la sociedad en general.

Se compone de los bienes muebles e inmuebles hechos por las sociedades de nuestro pasado.

Se conforma por:

Tradiciones orales: cantos populares, cuentos, narraciones, mitos, leyendas, poesía, refranes que se transmiten de generación en generación. Éstas, al ser contadas en infinidad de ocasiones, van cambiando.

Rituales: son las acciones vinculadas con una serie de creencias, responden a la necesidad de reforzar un acto de fe como pedir a un dios que mejore la cosecha o que se logre una caza abundante.

• Actos festivos: las festividades pueden estar circunscritas a determinados miembros de la comunidad, o formar parte de la vida pública, y la participación en ellas está abierta a todos los miembros de la sociedad.


Se conforma por:

• Las realizaciones materiales muebles son los
objetos que, sin alteración alguna, pueden trasladarse o ser trasladados de una parte a otra, y comprenden objetos arqueológicos, históricos, artísticos, tecnológicos, religiosos y artesanales, que dan muestra de la diversidad cultural del país. También pueden ser incluidos manuscritos, grabaciones, fotografías, obras de arte, películas, documentales y audiovisuales.

• El patrimonio cultural inmueble son los objetos que no pueden transportarse de un lugar a otro por encontrarse unidos de forma estable a la tierra, ya sea de forma natural o artificial, como los sitios arqueológicos, edificaciones, obras de ingeniería, monumentos; y que fueron hechas por el ser humano, por ejemplo, las zonas arqueológicas prehispánicas.

Visita el siguiente link para conocer todos los patrimonios de la humanidad de acuerdo con la UNESCO

Patrimonios culturales de la humanidad

Actividad 4 para el 30 de marzo de 2020



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